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La dacriocistorrinostomía es una de las cirugías más comunes que se realizan para tratar la epífora (lagrimeo continuo) debido a la obstrucción baja del conducto naso-lagrimal.
Es un procedimiento que crea un nuevo conducto, que conecta el saco lagrimal y la cavidad nasal a través de un ostium u orificio. Puede realizarse a través de una pequeña incisión en la piel o por vía endoscópica dejando un tubo de silicona, que se retira a los 3 meses.
¿Cómo se diagnostica una obstrucción de la vía lacrimal?
Ante la sospecha de obstrucción del conducto lacrimal, es necesaria la realización de varias pruebas para determinar la ubicación de la obstrucción. Se irriga el conducto con solución salina mediante una cánula para comprobar si está obstruido. En algunos casos se necesita una prueba de imagen (dacriocistogammagrafia, dacrio TAC) para descartar otras causas como un tumor.
Se recomienda la cirugía para aliviar los síntomas ocasionados por una obstrucción del conducto lagrimal. Estos incluyen lagrimeo excesivo, secreción mucosa, conjuntivitis de repetición, infección del saco lacrimal (dacriocistitis).
La dacriocistorrinostomía es un procedimiento eficaz con una alta tasa de éxito (> 85%), disminuyendo de forma importante el lagrimeo y las secreciones.
Una semana después de la operación se retiran las suturas y, durante 2 meses, se prescriben medicamentos tópicos oculares y nasales para disminuir la inflamación. El paciente es revisado en las semanas 4 y 12 semanas y también a los 6 meses. La extracción del tubo generalmente se realiza a las 12 semanas.
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