Un estudio realizado por científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis (Estados Unidos) publicado en su último número la revista “JAMA Ophthalmology” concluye que las personas mayores de 55 años que acuden a revisarse la vista al oftalmólogo, refieren tener una mejor visión en la consulta que en su domicilio. Ello es más significativo en pacientes con glaucoma.
Tras analizar los motivos de esta importante diferencia de resultados, se descartaron aspectos relacionados con comportamientos diferentes en el hogar y en la consulta, y llegaron a la conclusión de que la causa era la diferente iluminación existente entre la consulta y el domicilio.
La iluminación es básica para llevar a cabo tareas que impliquen concentración de la visión en un punto, como por ejemplo, leer, escribir, coser, mirar la televisión, etc…. a cualquier edad.
A medida que nos hacemos mayores, el cristalino del ojo se va deteriorando cosa que dificulta el enfoque cercano (presbicia). En este caso, es necesario corregir la visión de cerca mediante el uso de gafas.
A partir de los 60 años, se forma además la catarata que suma un grado de dificultad superior al ocasionar sensación de niebla o deslumbramiento, especialmente por la noche o en lugares poco iluminados, visión borrosa y hasta doble. El único remedio para tratar la catarata es su extracción quirúrgica con implantación de una lente intraocular que sustituye al cristalino.
En consecuencia, los requerimientos de ayudas externas para poder realizar actividades que requieren fijar la vista se vuelven más exigentes y es necesario prestar especial atención en que las condiciones ambientales contribuyan a facilitarlo.
En este sentido, si bien es recomendable que la iluminación del hogar se realice mediante luz indirecta, cuando llevemos a cabo una actividad que requiera fijar la vista en un punto, deberemos procurar dirigir un foco de luz adicional directamente al mismo. La dirección del foco debe provenir del lado izquierdo para evitar que nuestra propia sombra entorpezca la iluminación necesaria.
También es recomendable evitar los reflejos de las ventanas mediante cortinas con lamelas horizontales.
Para utilizar el ordenador, se procurará que el borde superior de la pantalla se sitúe a la altura de los ojos con un ángulo de 30º y a unos 50 a 70 cm. de distancia.
Finalmente, y para evitar la sequedad ocular, conviene procurar un grado de humedad ambiental adecuado y evitar el uso del tabaco. Si nos encontramos en una estancia con aire acondicionado o calefacción, se recomienda colocar recipientes con agua o humidificadores. Si, pese a ello, el ojo sigue irritado, es conveniente aplicarse lágrimas artificiales, que no tienen ninguna contraindicación.
Fuente:
Dr. J. Mauricio N. Col. 19374