¿Qué es la ceguera nocturna?
La ceguera nocturna, técnicamente conocida como nictalopía, es un problema visual que complica la visión cuando hay baja iluminación, por encima de lo que es considerado normal. El ojo de quien padece nictalopía tiene verdaderas dificultades para adaptarse a la oscuridad.
En general, cuando hay poca luz, resulta más complicado distinguir los colores o los objetos estáticos. Sin embargo, si existe algun problema en los bastones de la retina encargados de adaptar la visión en función de la luminosidad, esta dificultad puede limitar completamente las actividades que la persona afectada puede realizar en condiciones de escasa iluminación.
¿Por qué se produce?
Generalmente, con la edad es normal que cada vez resulte más complicado adaptar la visión a la oscuridad pero, en general, existen determinadas enfermedades que afectan a la retina y pueden ocasionar nictalopía, o ceguera nocturna.
- Retinosis pigmentaria
- Enfermedad de Oguchi, trastorno de visión hereditario y poco común.
- Deficiencia de retinol o vitamina A
- Alta miopía patológica
- Cataratas corticales periféricas
- Efecto secundario de determinada medicación
- DMAE
- Glaucoma
¿Se puede tratar la ceguera nocturna?
La respuesta a esta pregunta depende de la causa que ocasione la ceguera nocturna. Si la causa es debida a enfermedades de la retina o la mácula, difícilmente podrá haber una mejoría.
Si la causa es un déficit de retinol, se recomienda la ingesta de alimentos ricos en vitamina A, como pescado y marisco, zanahorias, tomates, arándanos. Aunque no se tenga déficit de esta vitamina, siempre es recomendable mejorar su nivel.
En general, hay algunas pautas que pueden ayudar a atenuar un poco el impacto de la ceguera nocturna, incluso en personas que, sin llegar a padecerla, sienten mayor dificultad visual cuando hay poca luz:
- Permitir que los ojos se adapten a la oscuridad de forma paulatina evitando, por ejemplo, pasar de la oscuridad a una alta iluminación.
- Evitar mirar directamente a una fuente de luz.
- Realizar un suave masaje y ejercicios oculares del tipo cerrar los ojos con fuerza y volver a abrirlos, unas cuantas veces seguidas.
- Utilizar gafas con un filtro rojizo.
