Las enfermedades oculares parasitarias pueden dañar diversos tejidos oculares, lo que causa disfunción visual. En 1950, Wilder describió el primer caso en que las formas larvarias de nematodos intestinales (nematodal Ascaridoidea: Ascaris, Toxocara, Ancylostoma, Necator, y Strongyloides) se consideron como la causa de la enfermedad intraocular. Esta revisión se centra en dos de los trastornos asociados con las infecciones parasitarias: toxocariasis ocular y neuroretinitis difusa unilateral subaguda (DUSN).
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Qué son las enfermedades oculares parasitarias
Consisten en infecciones oculares causadas por cuerpos larvarios, culpables de causar una enfermedad intraocular. Se han definido dos infecciones de tipo parasitario, que veremos a continuación para conocer en mayor detalle.
Enfermedades oculares parasitarias: Toxocariasis ocular y Reuroretinitis
Aunque la toxocariasis ocular y la reuroretinitis difusa unilateral subaguda no se encuentran ampliamente distribuidas por todo el mundo, creemos que es de gran valor para el oftalmólogo general el estar familiarizado con sus diferentes presentaciones, debido al pobre pronóstico visual que conllevan.
En el artículo completo, consultable en formato digital con la referencia al final de este resumen, se trata sobre el diagnóstico de estas enfermedades oculares parasitarias y sobre su tratamiento.
Toxocariasis ocular
La infección humana por Toxocara, un nemátodo común que infecta a los perros y gatos, pueden tomar una de dos formas: larva migrans visceral y ocular toxocariasis. Las características de la infección dependerán del número de parásitos, el lugar de la infección, el comportamiento migratorio y de la respuesta del sistema inmunológico.
La larva migrans visceral se caracteriza por la participación sistémica generalizada, debido a las capacidades de migración de las larvas de la segunda etapa de Toxocara canis. Típicamente se presenta en los niños de entre 6 meses y 5 años. La enfermedad es generalmente autolimitada y subclínica; sin embargo, la fiebre, manifestaciones pulmonares, hepatomegalia, eosinofilia, palidez, irritabilidad, anorexia y malestar general pueden ocurrir.
Por otro lado, la toxocariasis ocular aparece en pacientes de mayor edad, con una edad media de 7,5 a 8,6 años. Varios estudios han revelado Toxocara y otras larvas migrans visceral como la causa de la inflamación intraocular en el 9,4% de las uveítis pediátricas.
Neuroretinitis difusa unilateral subaguda
La neuroretinitis difusa unilateral subaguda (DUSN) fue descrita por primera vez por Gass et al. y Gass y Scelfo en 1978. Ellos describieron 29 pacientes entre las edades de 5 y 22 años con pérdida severa de visión en un ojo, vitritis, papilitis leve, y brotes recurrentes de evanescentes, de color blanco grisáceo lesiones que afectan a la retina externa y al epitelio pigmentario.
Estas lesiones suelen ser seguidas por la pérdida progresiva del campo visual, atrofia óptica, estrechamiento de los vasos principales de la retina, despigmentación difusa y focal del epitelio pigmentario de la retina a través del fondo de ojo, y una moderada a marcada reducción de la amplitud de la onda b en el electrorretinograma multifocal. Anteriormente, esta condición se denominaba “síndrome de wipe-out unilateral”.
DUSN es más prevalente en el sudeste de Estados Unidos y el Caribe, aunque han sido reportados algunos casos en muchos sectores de los Estados Unidos, Canadá, la parte norte de América del Sur, Europa y China.
En los Estados Unidos, la DUSN es causada probablemente por al menos dos nematodos diferentes. La más pequeña, Ancylostoma caninum, mide entre 400 y 1.000 m de longitud y tiene un diámetro de aproximadamente una vigésima parte de su longitud. Se encuentra principalmente en el sureste de Estados Unidos, el Caribe y la parte norte de Sur América. Un nematodo más grande, Baylisascaris procyonis, mide entre 1.500 y 2.000 m de largo y es responsable de DUSN en el norte de los Estados-Unidos del Medio Oeste y en algunas partes de Brasil.
Fuente:Rafael T. Cortez, MD; Gema Ramirez, MD; Lucienne Collet, MD; Gian Paolo Giuliari, MD
Journal of Pediatric Ophthalmology & Strabismus • Vol. xx, No. x, 20XX