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Síntomas que alertan de una forma incorrecta de sujetar el lápiz
¿Sabes por qué es importante la forma de sujetar el lápiz al escribir? El lápiz debe sujetarse haciendo pinza con los dedos pulgar, índice y corazón. Ni muy arriba, ni muy abajo. Ésta es la forma correcta de hacerlo, Sin embargo, muchas personas lo hacen adoptando malas posturas que ocasionan molestias musculares o impiden ver la punta del lápiz o lo que se está escribiendo. Si esto ocurre, es necesario llevar a cabo una reeducación de la forma de sujetar el lápiz.
Los síntomas que nos alertan de ello son los siguientes:
- Torcer la cabeza al escribir
- Torcer el brazo y/o la mano al escribir
- No ver la punta del lápiz o lo que escribes, mientras escribes
- Acercarte excesivamente al papel
Consecuencias de una forma incorrecta de sujetar el lápiz
Al sujetar mal el lápiz adoptamos malas posturas con la cabeza, el brazo, la muñeca y/o los dedos de la mano con la que se escribe. Esto puede derivar en:
- Contracturas musculares y desviaciones de columna
- Problemas visuales por leer a una distancia que no es la que necesitan nuestros ojos. Especialmente en la primera infancia, cuando se está desarrollando la visión binocular (enfoque de los dos ojos a la vez), este mal hábito puede interferir en este proceso y ocasionar, a su vez:
- Visión monocular (al tener una postura incorrecta, se utiliza un único ojo para leer)
- Fatiga visual (por sobre carga del mismo ojo)
- Ojo vago (el ojo que no se usa se puede hacer vago)
Cómo corregir la forma de sujetar el lápiz
Lo ideal es detectar el problema de forma precoz, antes de que la criatura consolide el mal hábito. Cuanto más tiempo llevas sujetando mal el lápiz, más te costará modificar el hábito. Afortunadamente, existen en el mercado unos adaptadores que se colocan en el lápiz y fuerzan a sujetarlo de forma correcta. Se comercializan en tiendas de material escolar o de oficina.
Estos correctores han sido diseñados por expertos y su eficacia probada.
Existen distintos modelos. Es aconsejable que un terapeuta (optometrista comportamental, pedagogo, profesor,…) indique cuál es el aconsejable en cada caso concreto, en función de la forma en que la persona sujeta el lápiz.
Cuando se empieza a utilizar el corrector puede resultar incómodo, porque fuerza una postura que no es a la que estamos habituados. Incluso es probable que, al principio, hagamos peor letra. Sin embargo, vale la pena persistir hasta que el cerebro grabe el nuevo hábito, cosa que suele suceder entorno a los 21 días.
Hábitos visuales y problemas de aprendizaje
Los buenos hábitos visuales son imprescindibles para un correcto aprendizaje de la lecto-escritura y para el desarrollo de la actividad lectiva y laboral.
Existen muchos dificultades de aprendizaje que tienen su origen en causas visuales. Es necesario aprender a detectar los signos de alarma y, en caso de que se tengan sospechas razonables, realizar un estudio funcional, por parte de optometristas comportamentales expertos en la materia. En caso de que se confirme el problema, existen terapias visuales que ayudan a corregirlo.